LOS 6 TIPS PARA MANEJAR CONFLICTOS
Una diferencia bien
manejada en la empresas ayuda a incentivar la innovación y crea equipos
fuertes; lo mejor es encarar los problemas abiertamente y buscar
soluciones integrando a todas las partes.
El manejo de conflictos adecuado incentiva la innovación empresarial.
El manejo de conflictos dentro de la
empresa es una situación extrema que puede traer beneficios tanto a los
dirigentes como a los empleados de la organización, ya que su resolución
implica cambios y mejora de los procesos.
El conflicto puede
surgir de las diferencias entre dos o más personas, o como resultado del
desacuerdo hacia políticas o procesos de los dirigentes, señala el
experto en Comunicación Organizacional, Iván López.
"Cuando se
abordan los problemas de forma apropiada, el resultado ayuda a que el
personal sea más innovador, estimula la creación de equipos eficaces y
eleva la productividad", señala López. La mejor forma de resolver un
conflicto es encararlo de forma abierta, ya que ello mejora las
posibilidades de lograr acuerdos que permitan alcanzar objetivos,
asegura el experto en Liderazgo, Conducta Organizacional y Negociación
de Conflictos, George Kohlrieser.
Y ya que este fenómeno es algo
inevitable en una empresa, conoce las recomendaciones de este experto:
1. Cultiva
un vínculo con tu "adversario": La clave para desarticular un conflicto
radica en establecer un vínculo -o restablecerlo si se ha deteriorado-
con la otra parte. Para ello no es necesario que el individuo te agrade;
lo único que hace falta es un objetivo en común. Trata a la persona
como a un amigo, y basa la relación en el respeto mutuo y la
cooperación. Los líderes deben aprender a diferenciar entre la persona y
el problema, y evitar las reacciones negativas a los ataques o las
emociones intensas.
2. Dialoga y negocia: Es importante no
apartar la conversación del tema en cuestión, mantenerse concentrado en
un resultado positivo y ser consciente de la meta común. No te muestres
hostil ni agresivo. La etapa siguiente es la negociación, en la que
además de dialogar se "regatea". El diálogo y la negociación producen
transacciones genuinas y productivas para ambas partes.
3. "Pon
el pescado sobre la mesa": Esta expresión significa plantear una
cuestión difícil sin hostilidad. La frase proviene de Sicilia, donde los
pescadores exponen su botín sobre una gran mesa, para limpiarlo en
conjunto. Si lo deja "bajo la mesa", empieza a pudrirse y a oler mal. En
cambio, si planteas el problema, puedes empezar a aclarar el enredo.
Debes ser directo pero respetuoso y hablar siempre en el momento
oportuno.
4. Comprende la causa del conflicto: Entre las raíces
de una discrepancia se encuentran las diferencias en materia de
objetivos, intereses o valores. También podrían influir percepciones
opuestas de un problema y hasta estilos de comunicación distintos. El
poder, la rivalidad, la inseguridad, la resistencia al cambio y la
confusión de roles son otros motivos de desacuerdo. Es crucial
determinar si el conflicto se da por intereses o necesidades. Los
primeros son más transitorios y superficiales, como la posesión de
tierras, el dinero o un empleo; las necesidades son más básicas y
difíciles de negociar: identidad, seguridad y respeto, por nombrar
algunas. Muchos conflictos parecen obedecer a intereses, cuando en
realidad son producto de necesidades.
5. Aplica la ley de la
reciprocidad: Ésta es la base de la cooperación y la colaboración. En
general, lo que das es lo que recibes. Recientemente, varios
investigadores han descubierto "neuronas espejo" en el cerebro, lo cual
indica que el sistema límbico (cerebro emocional) donde se encuentra la
empatía, recrea en nosotros la experiencia de las intenciones y las
emociones del otro. El intercambio y la adaptación interna permiten que
dos individuos sean capaces de identificarse con los estados interiores
del otro. En consecuencia, ambos podrán hacer las concesiones necesarias
en el momento debido.
6. Construye una relación positiva: Una
vez establecido un vínculo, nutre la relación y persigue el logro de los
objetivos. Trata de equilibrar la razón y la emoción, ya que aquellas
como miedo, enojo y frustración pueden desbaratar acciones bien
planeadas. Entiende el punto de vista de la otra persona, lo compartas o
no. Recuerda que cuanto más efectiva sea la manera en que comuniques
tus diferencias y puntos de concordancia, mejor comprenderás las
preocupaciones del otro y mejorarás tus probabilidades de alcanzar un
acuerdo aceptable para ambas partes.
Autor(a): Tania M. Moreno Publicado: Martes, 22 de septiembre de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario